Requisitos actualizados para obtener la licencia de funcionamiento municipal en 2025

Abrir un negocio no es solo cuestión de entusiasmo y capital, también implica una danza burocrática que, aunque a veces parezca diseñada para probar la paciencia del más tenaz, cumple una función esencial: ordenar el uso del espacio urbano, garantizar condiciones mínimas de seguridad y, en teoría, proteger al ciudadano. La licencia de funcionamiento municipal es, en ese sentido, el primer sello de legalidad que un local comercial debe portar. Y en 2025, ese sello viene con nuevos matices.

El permiso que separa al negocio formal del informal

La licencia de funcionamiento es el documento que otorga la municipalidad distrital o provincial para que un establecimiento pueda operar legalmente en un local determinado. No es un capricho administrativo. Es una herramienta de control urbano, de fiscalización y, en muchos casos, de supervivencia legal. Sin ella, cualquier negocio —desde una bodega hasta una clínica— está expuesto a sanciones, clausuras y multas que pueden arruinar meses de inversión.

Pero no todas las licencias son iguales. Y no todos los municipios aplican los mismos criterios con la misma severidad. Lima, por ejemplo, ha implementado desde hace algunos años un sistema digital que permite tramitar la licencia en línea, con plazos más cortos y requisitos más claros. En 2025, ese modelo se ha ido replicando en otras jurisdicciones, aunque con matices propios.

¿Qué ha cambiado en 2025?

La normativa base sigue siendo la Ley N.º 28976, Ley Marco de Licencia de Funcionamiento, pero las ordenanzas municipales han ido ajustando los procedimientos para adaptarse a nuevas realidades: digitalización, reactivación económica, seguridad ciudadana y, cómo no, la presión de los vecinos que no quieren un bar ruidoso al lado de su casa.

Entre los cambios más relevantes para este año destacan:

  • Mayor interoperabilidad entre entidades públicas: ya no es necesario presentar físicamente documentos que la municipalidad puede verificar en línea, como el RUC o el certificado de zonificación.
  • Revisión más estricta del uso compatible del suelo: si antes bastaba con una declaración jurada, ahora se exige que el local esté en una zona expresamente habilitada para la actividad económica solicitada.
  • Condiciones de seguridad más detalladas: en locales de más de 100 m² o con atención al público, se exige contar con un informe técnico favorable de Defensa Civil o una inspección posterior obligatoria.
  • Simplificación para microempresas: los negocios con menos de 10 trabajadores y locales menores a 50 m² pueden acceder a un procedimiento exprés, siempre que no desarrollen actividades de riesgo.

Estos ajustes buscan, según la Municipalidad de Lima, “reducir la informalidad sin relajar los estándares mínimos de seguridad y convivencia”.

Documentos requeridos en 2025

Aunque cada municipio puede establecer requisitos específicos, existe una base común que se repite en casi todo el país. A continuación, una tabla comparativa con los documentos más frecuentes:

Documento requerido¿Es obligatorio?Observaciones
Solicitud con carácter de declaración juradaDebe incluir datos del titular, actividad económica y ubicación del local
Copia del RUCPuede ser verificado en línea por la municipalidad
Certificado de zonificación y compatibilidad de usoEmitido por la municipalidad; en algunos distritos se tramita en línea
Plano de distribución del localDepende del giroObligatorio para actividades con atención al público o manipulación de alimentos
Informe técnico de seguridad (ITSE)Depende del riesgoNo se exige para microempresas de bajo riesgo
Pago de derechos municipalesVaría según el distrito y el tipo de actividad

En el caso de Lima Metropolitana, la información completa está disponible en el portal oficial de la Municipalidad de Lima. Para otros distritos, como Ate, se puede consultar directamente en sus respectivas páginas web, como la de la Municipalidad de Ate.

¿Qué negocios necesitan licencia?

La respuesta corta: todos los que operen en un local físico. La respuesta larga incluye matices. Un emprendimiento digital que funciona desde casa, sin atención al público ni señalización externa, puede no requerir licencia. Pero basta con que se instale un letrero o se reciba a clientes para que la situación cambie.

Los negocios que sí requieren licencia son, entre otros:

  • Comercios minoristas y mayoristas
  • Restaurantes, cafés y bares
  • Centros médicos, consultorios y farmacias
  • Oficinas administrativas con atención al público
  • Talleres de manufactura o reparación
  • Centros educativos y academias

Incluso los negocios temporales, como ferias o eventos, deben contar con una autorización municipal específica.

El caso de los negocios en casa: ¿una zona gris?

En los últimos años, muchos peruanos han convertido sus viviendas en espacios de trabajo. Desde salones de belleza hasta dark kitchens, la frontera entre lo doméstico y lo comercial se ha vuelto difusa. ¿Se necesita licencia para operar desde casa?

La respuesta depende de la zonificación del predio y del tipo de actividad. Si el uso del suelo permite actividades mixtas (residencial-comercial), y si no se altera la estructura del inmueble ni se genera impacto en el vecindario, es posible obtener una licencia. Pero si el giro implica ruido, tránsito constante o manipulación de sustancias, la municipalidad puede denegarla.

En palabras de Rosa C., emprendedora de San Juan de Lurigancho: “Tuve que cerrar mi taller de costura porque los vecinos se quejaron del ruido de las máquinas. La municipalidad me dijo que la zona era solo residencial. Perdí meses de trabajo por no revisar eso antes”.

¿Qué pasa si no tengo licencia?

La informalidad no es solo una estadística. Es una trampa. Un negocio sin licencia puede ser clausurado en cualquier momento, multado con hasta 2 UIT (más de 10,000 soles en 2025) y quedar inhabilitado para acceder a créditos, concursos o programas de apoyo estatal.

Además, operar sin licencia puede tener consecuencias penales si se produce un accidente o daño a terceros. En ese caso, el propietario asume toda la responsabilidad civil y penal.

¿Cómo saber si mi local es compatible?

El primer paso es consultar el certificado de zonificación y compatibilidad de uso. Este documento indica qué actividades están permitidas en una dirección específica. Se puede solicitar en línea en varias municipalidades, como la de Lima, a través de su plataforma de trámites.

También existen mapas interactivos, como el de la Municipalidad de Ate, que permiten verificar la clasificación del suelo y las restricciones vigentes.

¿Cuánto cuesta obtener la licencia?

El costo varía según el distrito, el metraje del local y el tipo de actividad. En promedio, oscila entre 100 y 500 soles para microempresas. A eso se suman los pagos por inspecciones, certificados y derechos de trámite.

Algunos municipios han implementado tasas diferenciadas para fomentar la formalización de pequeños negocios. Otros, en cambio, mantienen tarifas elevadas que desalientan el cumplimiento. La disparidad es tal que un mismo trámite puede costar el doble en un distrito vecino.

¿Cuánto demora el trámite?

En teoría, el plazo máximo es de 15 días hábiles. Pero si el expediente está completo y el local no requiere inspección previa, la licencia puede emitirse en 72 horas. En Lima, el sistema digital permite hacer seguimiento en línea y recibir notificaciones por correo electrónico.

Eso sí: cualquier error en los documentos o falta de pago puede reiniciar el proceso. Y en algunos distritos, la lentitud sigue siendo la norma.

Una formalidad que no es solo formal

Obtener la licencia de funcionamiento no es un trámite decorativo. Es una declaración de intenciones. Un gesto de respeto hacia el entorno, hacia los clientes y hacia uno mismo. Es también una forma de blindarse ante la arbitrariedad, de construir un negocio con cimientos legales.

En un país donde la informalidad es la regla y no la excepción, cumplir con este requisito es casi un acto de rebeldía. Una forma de decir: “Sí, quiero hacer las cosas bien, aunque me cueste más tiempo, más papeles y más paciencia”.

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por Eduardo Ramírez

Abogado y periodista, especializado en derecho procesal y registral. El compromiso con nuestros clientes se expresa en un apego a los valores propios de un ejercicio íntegro del derecho, lo que nos ha permitido ganar su confianza, y hoy día, nuestros clientes son nuestra mejor carta de presentación.